viernes, 14 de noviembre de 2014

En el último año 840.000 personas tuvieron problemas para comprar los medicamentos que necesitaban.


 En el libro Crisis (esta crisis) y Salud (nuestra salud) [1] llamábamos la atención sobre la disminución de las medicinas dispensadas por las farmacias a cargo de la sanidad pública como consecuencia del aumento del pago exigido al paciente en el momento de comprar la medicina (repagos) y por la des-financiación de algunos medicamentos eficaces: un 11,68% menos entre 2011 y 2013 (113, 6 millones de recetas menos). Es posible que antes parte de las medicinas no estuvieran bien indicadas, pero seguramente otras eran necesarias. Nosotros nos preguntábamos: “¿Cuántos de esos miles de medicamentos que dejaron de prescribirse o retirarse de las farmacias eran necesarios pero el paciente no podía pagarlos?”.

La Cruz Roja nos da la respuesta en su Boletín nº 9 sobre la Vulnerabilidad Social dado a conocer el jueves 13 de noviembre [2]. Durante el último año, de las personas atendidas por ellos, 840.000 personas confesaron tener dificultades económicas para cubrir gastos relacionados con su salud, principalmente para pagar las medicinas.

A estos hay que añadir aquellos cientos de miles de personas a los que se les ha quitado la tarjeta sanitaria por ser extranjeros.

Es una lacra para nuestra conciencia saber que hay a nuestro lado personas que no pueden pagar las medicinas, cuando la renta de este país, de más de 1 billón de euros, más de 20.000 euros por persona, permitiría financiar una sanidad completa y de calidad para todos, y sin repagos. Ese dinero que se quita a la sanidad, a la educación, a los servicios sociales, etc., se lo llevan las personas de rentas más altas y las grandes corporaciones que no pagan impuestos, favorecidos por un sistema fiscal regresivo, donde pagan más los que menos tienen, creando un boquete en los ingresos de más de 80.000 millones de euros cada año. El dinero para pagar esas medicinas (y mucho más) está, pero se lo quedan otros. Los más poderosos. Es una injusticia flagrante que no debemos permitir.

Conviene recordar que la Constitución Española dice lo siguiente:

Art.128, 1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está al servicio del interés general.
Art.31.1. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.
Art.43.1. Se reconoce el derecho a la protección de la salud.

Viendo el informe de la Cruz Roja ¿cree el Gobierno que estos tres artículos se están cumpliendo? ¿Acaso debería también aquí el Gobierno ordenar actuar a la fiscalía? Entre tanto, debemos alzar nuestra voz los ciudadanos, los colegios profesionales, las sociedades científicas, los sindicatos y los partidos políticos progresistas, porque esta injusticia es intolerable.




2 comentarios:

  1. Niños que pasan hambre, niños desnutridos, niños que no pueden comprar los libros, niños que no pueden comprar ni los lapiceros. Inmigrantes a los que quitaron la tarjeta sanitaria y ya no reciben atención médica. Familias desahuciadas de sus casas. Familias que pasan frio porque no pueden pagar la calefacción ni la luz. Familias que viven a oscuras. Enfermos que ya no pueden pagar sus medicinas. Abuelos que con su paupérrima pensión alimentan a sus hijos y a sus nietos... y así hasta el infinito de las miserias. Cómo, en tan poco tiempo, se puede hacer un daño tan grande!!!!! Gracias, Fernando, por abrirnos los ojos y por denunciar con valentía esas aberraciones!!!! Abrazo. Rafael C.

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  2. Gracias a ti Rafa, por tu mirada profunda sobre África en vuestra última película "Cine para África", y por tu permanente compromiso sobre nuestro país

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