domingo, 10 de julio de 2016

El fichaje de Durao Barroso por Goldman Sachs: increíble y lamentable.


El señor Durao Barroso ha sido Presidente de la Comisión Europea entre 2004 y 2014. En esos años se produjo una crisis económica, de origen financiero, que destruyó miles de puestos de trabajo y aumentó de forma notable las desigualdades. Recordemos: la crisis se generó porque las instituciones financieras des-reguladas, “demasiado grandes para dejarlas caer”, dirigidas por personas con enormes incentivos y salarios, desarrollaron productos financieros tóxicos (como las hipotecas basura) generando enormes riesgos y situando al borde de la quiebra a muchas de esas entidades, paralizando la economía real.

La principal respuesta a la crisis de los gobiernos europeos y de la Comisión, fue rescatar a los bancos: socializar las pérdidas, después de haber dejado privatizar los beneficios. Cientos de millones de euros destinados a ayudas directas a las entidades financieras. Otro billón de euros en préstamos a las entidades financieras a menor tipo de interés que a los países que debían rescatarlas. Además, como los países tenían que rescatar a los bancos, debían endeudarse para poder darles el dinero, con lo que ahora están pagando esa deuda cada año. Por ejemplo, este año los contribuyentes españoles nos vemos obligados a pagar un 25% del gasto público total para intereses y amortización de la deuda. Pero se nos dice, al mismo tiempo, que no hay dinero para pagar las prestaciones de dependencia, la sanidad o las pensiones.

El hecho de que se anuncie ahora que el señor Durao Barroso ha sido fichado por la banca Goldman Sachs como Presidente no Ejecutivo para su sede europea ubicada en la City londinense es un ejemplo nefasto. Como ciudadano europeo me siento indignado y desolado. Si la persona que debió liderar la lucha contra la crisis, corrigiendo la desregulación financiera y promoviendo medidas que fortalecieran la capacidad de Europa para equilibrar la fuerza desbordada de la economía globalizada, va a recibir ahora su importante remuneración de una de las más poderosas entidades financieras del mundo, el corolario es demoledor.

La sensación de engaño, de farsa, de falta de ética, es dolorosamente amarga.

Dicen que la ley lo permite, porque han pasado ya los 18 meses requeridos por la incompatibilidad. Si es legal, esa ley me parece mal. Pero aunque sea legal hasta que se cambie, es inmoral. El mal ejemplo que se da a los miles de personas que han perdido su trabajo por culpa de la crisis, a los miles de jubilados que temen por su pensión, a los miles de empresarios de la economía real que no recibieron ayudas públicas durante la crisis porque todas las ayudas iban destinadas a las entidades financieras, ese mal ejemplo dejará huella y ahondará en el alejamiento de los ciudadanos respecto a los políticos, que se ven como personas que se aprovechan de la situación. También es mal ejemplo para los funcionarios de la UE que intentan hacer bien su trabajo. La imagen que queda es: "gestiona  a favor del poderoso, porque el poderoso ya te premiará". Y ese impacto negativo afecta a toda la Comisión Europea, a la imagen de Europa.

Este mal ejemplo es otro torpedo a la construcción de una Europa más unida, más solidaria, más justa, más eficiente. Invita al sálvese quien pueda. Anima a que vengan más Brexits. Increíble y lamentable.

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