miércoles, 1 de marzo de 2017

Inaceptable: más de 1.600.000 personas sin acceso a medicamentos recetados en la sanidad pública en 2016

El Barómetro Sanitario 2016, elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, señala una vez más que en España miles de personas no pueden comprar un medicamento recetado en la sanidad publica, porque no está financiado total o parcialmente (copagos) y la situación económica del paciente no le permite realizar ese gasto. Desde el punto de vista del derecho a la salud, y de una sanidad universal, esto es inaceptable.


La pregunta número 22 dice: En los últimos doce meses, ¿ha dejado de tomar algún medicamento recetado por un/a médico/a de la sanidad pública porque no se lo pudo permitir por motivos económicos?

Un total de 4,4% de personas que contestan la pregunta afirman que han sufrido esta falta de acceso a los medicamentos por causas económicas. Como la encuesta se hace a personas de 18 y más años, supondría más de 1.600.000 personas en España. Pero si suponemos que las personas no encuestadas (los menores de 18 años) han sufrido falta de acceso en la misma proporción, el número de personas que dejaron de tomar algún medicamento recetado por su médico por motivos económicos ascendería a más de 2.000.000 de personas.

No es una situación puntual. En el año 2015 el porcentaje de población con problemas de acceso fue el 4% y en 2014 había sido un 4,5%.

Es una cuestión importante, que afecta a muchas personas. Pensemos que fuera uno de nosotros, uno de nuestros hijos. Seguramente sentiríamos impotencia, rabia, injusticia.

La sanidad pública debe proteger a todos. El acceso a los medicamentos necesarios es un derecho humano.


La desfinanciación de algunos medicamentos y el aumento de los copagos ha creado una barrera al acceso. Mientras tanto la sanidad pública está pagando precios muy caros por medicamentos que cuestan 100 veces menos, como en el caso de la Hepatitis C. Evitando el sobregasto en algunos medicamentos, y evitando prescripciones innecesarias, condicionadas por la excesiva presión de la industria y, en ocasiones, por la falta de tiempo en las consultas derivada de la falta de profesionales, se podría garantizar a todas las personas las medicinas necesarias, sin barreras por motivos económicos.

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